La muerte: Un viaje vital

La muerte, un viaje vital” es el título que di a mi tesina de Gestalt. Es un recorrido por las diferentes muertes que experimentamos a lo largo de la vida, los diversos e inevitables finales, cambios y pérdidas que forman parte de ella, así́ como del consiguiente proceso de duelo que se desencadena inevitablemente.

El proceso de duelo es algo que ocurre, es un proceso natural que surge ante el cambio y la pérdida, tanto si pierdo las llaves de casa como si fallece un ser querido. Lo que variará es la intensidad y la forma de vivirlo. Hacer el proceso de duelo es dejarme atravesar por él, es estar con lo que hay, con lo que me ocurre a cada instante. Y ese es precisamente uno de los puntos básicos de la Terapia Gestalt.

Dentro de esas muertes, doy una especial importancia a todo trabajo relacionado con el crecimiento personal, el conocimiento de uno mismo, el desenmascaramiento del ego. Morir a lo que creo que soy, al auto concepto, a la identificación con los diversos personajes que me habitan, a mi actividad profesional, a los roles que me otorgo (y que me otorgan) a lo largo de la vida.

Como dice Claudio Naranjo en una entrevista en la que habla de la muerte, sabemos que moriremos, pero no lo sentimos. Si lo sintiéramos, seríamos mejores personas, haríamos las cosas de diferente forma. Por este motivo, para mí el tema de la muerte y del duelo es un tema paradigmático, es el TEMA, en mayúsculas, ya que lidiar con la muerte, con las muertes de todo tipo es una de las más importantes tareas que nos podemos plantear.

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