Desconecta de la rutina y conéctate contigo

LA NATURALEZA POSEE UN GRAN PODER SANADOR

¿Quién, viviendo en la ciudad, no ha deseado y necesitado salir para pasar un tiempo en un entorno natural? Nos hemos acostumbrado a desarrollar nuestras actividades entre asfalto y cemento y eso nos aleja de nuestra verdadera naturaleza, por lo que se potencia todavía más la desconexión de nosotr@s mism@s, de nuestras necesidades auténticas. Entramos en una dinámica rutinaria de hacer y hacer, de la mañana a la noche.

La naturaleza tiene la capacidad de ayudarnos a relativizar los problemas, nos induce a la calma, a la contemplación, al ritmo natural de las cosas, de los cambios, de la vida y de la muerte.

La naturaleza no es algo ajeno a nosotr@s; formamos parte de ella y de sus ciclos, nos demos cuenta de ello o no. Nos olvidamos y entramos en un ritmo frenético, arrastrados por la sociedad de consumo, por las obligaciones, por los “debería” y los “tengo que”.

Con la pandemia de la Covid-19, se nos ha hecho aún más evidente la necesidad de estar en entornos naturales, en contacto con la tierra, los árboles, las plantas y un aire más puro.

Pasamos muchas horas sentados, también en las sesiones terapéuticas, encerrados en una sala que nos proporciona seguridad e intimidad. A veces podemos necesitar movimiento, respirar profundamente aire puro, soltar tensiones, pisar tierra, tocar un árbol, escuchar el canto de un pájaro, el sonido del viento, o el aire acariciando nuestro rostro.

En estas ocasiones ofrezco la posibilidad de realizar la sesión paseando por el bosque, siempre que el tiempo lo permita, y a voluntad propia.

Podemos ir alternando unas y otras en función de las circunstancias y de las necesidades del aquí y del ahora